sexta-feira, 13 de janeiro de 2017

BESOS ARDIENTES

La cama era ancha y antigua,
El dormitorio amplio y la pared aseada…
Las sabanas eran blancas
Y las almohadas muy blandas.

Así estaba el cuarto cuando yo llegué.
Ella estaba acostada abajo de la cobija.
Por supuesto completamente desnuda
Y ese detalle me asombró abalado,
Pues era una mujer perfecta…
Su cuerpo brillaba delante de mis ojos
Y luego una gran excitación
Tomó cuenta de mí…

No perdi tiempo. En segundos
Tomé mis trapos y… buceé en lo lecho.
Abrazos y besos fueron las primeras caricias.
Después piernas y brazos enrredavam
La visión de los carillos…
Los dedos picoteavan con ternura
Las partes íntimas
Y una intensa sensación de magía
Alimentaba el gozo que gritaba
Y imploraba… bis… bis… bis…

La noche fue abortada por una secuencia
De besos y más besos ardientes!



DE Ivan de Oliveira Melo

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